miércoles, 26 de febrero de 2014

Volver a volver

Pretemporada taurina, sosa, aburrida, los cinco amos del cotarro dando el culo a la plaza de ustedes, taurinos, sin atisbo de arrepentimiento, caballeros maestrantes tiene la Maestranza, mas sabrá el árbitro que nosotros. En eso les envidio, me gustaría que las Ventas tuviese caballeros ventantes que pusiesen su montaña de arena para que el G5, evitaré el portentoso adagio popular, no pisase por aquí.

Hay que hablar de Morante para que se comprenda que hablo de toros: el aura artificial del artista del artificio debiera estar por los suelos vista la temporada mexicana en la que hizo costumbre el vómito, perdón la devolución. En el devocionario de ustedes, aficionados de pro, sigue en el lugar del santo del día, ¡aleluya!.

Y de ustedes mismos, taurinos hijosdalgo pasando de muleta, infatigables, atroces chotas, temibles becerros, sanguinarias vaquillas dignos todos de pintura y cantar, con ese arte y esa pureza, con esa prestancia y torería tan parecida en todo a la del Maestro de Maestros, grado 33 de la logia taurómaca: Julián López. ¡Una de destoreo! ¡Marchando!

Pretemporada aguada, sin lugares secos donde digerir la leche, Don Alipio dixit, los salvajes enemigos antes mentados. Aguada y sin embargo de cuernos secos, secos como el olifante de Rolando, como las arcas del Estado, como el coño de la Inés.

Secos gracias a los condones de yeso que portan los artiodáctilos, otrora soberbios guardianes de la dehesa hoy tontos de los capirotes. ¡Cómo os ha dejado la modernidad , valientes guerreros! De todos modos, los mas poderosos, los mas armados y fieros de vosotros a lo mas que podríais aspirar es a ser diversión cornimanipulada en fiesta popular de catalán antitaurino, o de patanes de probada afición, refugiados en lo alto de un cuatro por cuatro. Quizá vuestro nombre alcanzase un instante de gloria si fueseis selectos para ser alanceados por aguerridos caballeros longilanzones protegidos por legiones de tractores.

La plaza que se caía, a trozos, a pedazos, a cachos, sin solución, su derribo era la fatal consecuencia de las penosas regencias anteriores al actual regidor, ya no se cae. ¡Oh venid y postraos hombres de buena fe! ¡Este es el misterio! ¡Este es el milagro del Plantío! (Servicios de 5 a 7, se admiten donativos).

No se habla este año de futuras epopeyas, gestas que lo son incluso antes de fraguarse en la imaginación de cualquier paniaguado plumífero. ¡Canta Thodol, canta! Se habla de menages a quatre, cuatro son los jinetes, cuatro los reyes, cuatro las sotas y cuatro los picadores en las esquinas, Reverte en medio ¡Reverte en medio!. Ternas, no: cuaternas, ¿Qué no falte nadie eh? ¡Qué no falte nadie! Armónicas quadrilles, cadenciosos paseos, jugando ora la amistad, ora el deseo o tal vez, quizá: el amor.

Y del natural Ars Amandi a dos, dos que se aman caben en cualquier cama, manos a mano, mano sobre mano, que nada dicen, que nada cantan, que no encantan, absolutamente prescindibles, sin atisbo de competencia, de paseíllos de palmadita en el culo y besito al terminar, sin cigarrito que es malo, de eso se habla.

Se habla de festivales flamenco-taurinos en los que, supongo darán el cante arriba y abajo con los semejantes corniausentes de los supraescritos que eso, eso es la esencia del arte.
Puestos a hablar, hablemos. Hablemos de Madrid.

Madrid ha resuelto que Taurodelta ha cumplido, ¡Pa chulo mi Madrid! Y, si lo dice, por algo será que para eso tiene seis letras. A Taurodelta se le cayo el palo del sombraje, siendo, que lo es un desdoro semejante caída, por menos se han disuelto matrimonios, a Madrid, a mi Madrid no le importa, ¡No es culpa tuya cariño! ¡Es culpa del viento! "¡A Dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre!."

Taurodelta no volverá a intentar poner enhiesto (bonito pueblo catalán de Aragón, hijo de Arathorn cuya plaza está en poder los gabachos, ¡vuelve Agustina!) el palo y todos contentos menos Molés y los que sufren a causa del viento. ¡Festival a favor de estos últimos!

Taurodelta ha decidido, parece, ofrecer la misma mierda de Temporada a sus feligreses, pocos y huyen, abaratando precios: 7 euritos, ¡a 7 euritos! Haciendo caso omiso al señor Rajoy (rey del recorte puro y de el de con gaseosa) en tanto a la perfidia del igualitarismo. Taurodelta iguala por abajo estirpes y da paso franco a los infantes de dos en dos: esto lo aplaudo.

Lo aplaudo, y puede que sea lo único que apaudiré en una nueva temporada de fríos, calores, erales, ciervos liofilizados, bajatús, cuñados maleducados, señoras estupendas, extranjeros indocumentados, italianos faltones, orientales educados, habituales, cervezas, decepciones y animales estrellados en el burladero del seis y mas cervezas en un eterno, hasta octubre, volver a volver.


Volveré, soy así.