lunes, 5 de noviembre de 2012

Subir a la Pedriza.



Referían en twitter la opinión de un torero respecto al tamaño y hechuras de los toros: “A nosotros nos da igual, lo importante es que embistan.” Afirmación que me permito poner en duda, las mas de las veces arriman el ascua a la sardina, nunca mejor dicho, del toro enano y cornidisminuido, sardina que estimo debe ser la suya por haberles correspondido en el sorteo, supongo.
En la pasada feria de Aficionados Minoritarios de las Ventas, y a fe que en esas ferias son pocos los que allí se dan cita, en mi lugar reservado a advenedizos y aficionadillos de los altos del cuatro, o sea el que marcaba mi billete, contemplaba yo las evoluciones del novillero frente a aquel inválido, lo pasaba y lo pasaba, al contrario que Hacienda, cada vez mas lejos, ¡pobre inválido!. A mi izquierda, padre e hijo, ya mayor, discutían las posibilidades del alicatado completo de una cocina de su propiedad, a mi derecha otro pedía ayuda por su móvil a la compañía, la discusión telefónica era entretenida, por encima de mí alguien trataba de explicar macarrónicamente a dos canadienses todavía de buen ver, la lidia o lo que quisiese que eso fuese. Yo pensaba en volver a Antofagasta con mi mujer. En definitiva: ¡La gente se aburría!.

Mi padre, descanse en paz, coincidía con Merimée: un aficionado no se aburre nunca en los toros.
Hasta mi padre me elimina de la afición. Quizá si el hombre hubiese visto lo que se veía también se hubiese aburrido junto con Merimée.

El premio Nobel Mo Yan leyó, (http://pekin.cervantes.es/es/cultura_espanol/moyan.htm ) no hace mucho, una disertación sobre el toreo a petición del Instituto Cervantes en Pekín. El señor Mo substantivaba la corrida en terminos de salvajada con rendimiento comercial, en un tono diplomático sublime que resulta muy de agradecer. El alma se le viene a uno a los pies ¿Cómo defenderse de esa afirmación, a la vista de la mierda de toros de Tlaxcala? ¿Cómo hablar de la fiera?¿Cómo hablar del valor? ¿Cómo hablar de la emoción a la vista de semejantes gatos? Se marchitan a la vez los argumentos del señor Llosa y del señor Savater. Gracias a Dios los antitaurinos no parecen, en su obcecación saber sacar provecho de ello.

Pero, ¡Cuidado! ¡No mentéis a la bicha ante torero o familiar! A la insinuación de subida de trapío (libras, poder y fiereza) del ganado, recibiréis dos tipos de respuestas, una batería de insultos y un sombrío lamento.

Primera respuesta: “No hay que confundir peso con trapío: Los toros pequeños son mas móviles y bravos que los grandes y tan peligrosos como ellos” Aserto estadísticamente falso. Aparte de que hablamos de generar emoción en el espectador y eso lo da el toro de libras y de poder. Así de sencillo.

Segunda respuesta: “Los toros deben tener el tamaño adecuado al encaste”. Me da igual el encaste, es decir los orígenes de la res, ¡Quiero toros de verdad, no miniaturas! ¡La emoción no está en saber si es Vázquez o Parladé sino en si es un tío con dos velas de tomo y lomo!

Insultos: Dice el torero: “ A nosotros nos da igual el tamaño”: ¡Los cojones! En cuanto se habla de subir el trapío insultan : Cobarde, cabrón y a mas de algunos otros brillantes ultramarinos en combinación con ellos o sus similares. Argumentos imposibles de rebatir con el bolígrafo. Nótese que el mundo taurino es muy especial, es el único, que yo sepa, en el que el actor insulta al pagano.
Actores caracterizados por exigir máximo respeto y ofrecer el mínimo.

Lamentos: “¿No ha habido ya suficiente sangre, con los toros actuales?” Chantaje emocional, ¡Por
fin, algo de emoción!, que toca la fibra sensible de cualquier ser humano normal. Responderé que no, no ha habido suficiente sangre, ha habido demasiada, una exageración para los toros que se están lidiando, aunque es una exageración una sola gota de sangre que hubiese sido derramada, ante estos o ante cualquiera toros. No gozo, este es su insulto favorito, con el daño de nadie, todo lo contrario, me desagrada enormemente.
Subir a ciertos riscos de la Pedriza de Manzanares es bastante complicado técnicamente hablando y hasta ciertamente emocionante para el montañero, pero la gloria, fruto de la emoción y el riesgo se la llevará en los picos de los himalayas.

Toreen toros. Salven la fiesta y dejen de insultar.

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