Referían
en twitter la opinión de un torero respecto al tamaño y hechuras de
los toros: “A nosotros nos da igual, lo importante es que
embistan.” Afirmación que me permito poner en duda, las mas de las
veces arriman el ascua a la sardina, nunca mejor dicho, del toro
enano y cornidisminuido, sardina que estimo debe ser la suya por
haberles correspondido en el sorteo, supongo.
En la
pasada feria de Aficionados Minoritarios de las Ventas, y a fe que en
esas ferias son pocos los que allí se dan cita, en mi lugar
reservado a advenedizos y aficionadillos de los altos del cuatro, o
sea el que marcaba mi billete, contemplaba yo las evoluciones del
novillero frente a aquel inválido, lo pasaba y lo pasaba, al
contrario que Hacienda, cada vez mas lejos, ¡pobre inválido!. A mi
izquierda, padre e hijo, ya mayor, discutían las posibilidades del
alicatado completo de una cocina de su propiedad, a mi derecha otro
pedía ayuda por su móvil a la compañía, la discusión telefónica
era entretenida, por encima de mí alguien trataba de explicar
macarrónicamente a dos canadienses todavía de buen ver, la lidia o
lo que quisiese que eso fuese. Yo pensaba en volver a Antofagasta con
mi mujer. En definitiva: ¡La gente se aburría!.
Mi
padre, descanse en paz, coincidía con Merimée: un aficionado no se
aburre nunca en los toros.
Hasta mi padre me elimina
de la afición. Quizá si el hombre hubiese visto lo que se veía también se
hubiese aburrido junto con Merimée.
El
premio Nobel Mo Yan leyó,
(http://pekin.cervantes.es/es/cultura_espanol/moyan.htm
) no hace mucho, una disertación sobre el toreo a petición del
Instituto Cervantes en Pekín. El señor Mo substantivaba la corrida
en terminos de salvajada con rendimiento comercial, en un tono
diplomático sublime que resulta muy de agradecer. El alma se le
viene a uno a los pies ¿Cómo defenderse de esa afirmación, a la
vista de la mierda de toros de Tlaxcala? ¿Cómo hablar de la
fiera?¿Cómo hablar del valor? ¿Cómo hablar de la emoción a la
vista de semejantes gatos? Se marchitan a la vez los argumentos del
señor Llosa y del señor Savater. Gracias a Dios los antitaurinos no
parecen, en su obcecación saber sacar provecho de ello.
Pero,
¡Cuidado! ¡No mentéis a la bicha ante torero o familiar! A la
insinuación de subida de trapío (libras, poder y fiereza) del
ganado, recibiréis dos tipos de respuestas, una batería de insultos
y un sombrío lamento.
Primera
respuesta: “No hay que confundir peso con trapío: Los toros
pequeños son mas móviles y bravos que los grandes y tan peligrosos
como ellos” Aserto estadísticamente falso. Aparte de que hablamos
de generar emoción en el espectador y eso lo da el toro de libras y
de poder. Así de sencillo.
Segunda
respuesta: “Los toros deben tener el tamaño adecuado al encaste”.
Me da igual el encaste, es decir los orígenes de la res, ¡Quiero
toros de verdad, no miniaturas! ¡La emoción no está en saber si es
Vázquez o Parladé sino en si es un tío con dos velas de tomo y
lomo!
Insultos:
Dice el torero: “ A nosotros nos da igual el tamaño”: ¡Los
cojones! En cuanto se habla de subir el trapío insultan : Cobarde,
cabrón y a mas de algunos otros brillantes ultramarinos en
combinación con ellos o sus similares. Argumentos imposibles de
rebatir con el bolígrafo. Nótese que el mundo taurino es muy
especial, es el único, que yo sepa, en el que el actor insulta al
pagano.
Actores
caracterizados por exigir máximo respeto y ofrecer el mínimo.
Lamentos:
“¿No ha habido ya suficiente sangre, con los toros actuales?”
Chantaje emocional, ¡Por
fin,
algo de emoción!, que toca la fibra sensible de cualquier ser humano
normal. Responderé que no, no ha habido suficiente sangre, ha habido
demasiada, una exageración para los toros que se están lidiando,
aunque es una exageración una sola gota de sangre que hubiese sido
derramada, ante estos o ante cualquiera toros. No gozo, este es su
insulto favorito, con el daño de nadie, todo lo contrario, me
desagrada enormemente.
Subir
a ciertos riscos de la Pedriza de Manzanares es bastante complicado
técnicamente hablando y hasta ciertamente emocionante para el
montañero, pero la gloria, fruto de la emoción y el riesgo se la
llevará en los picos de los himalayas.
Toreen
toros. Salven la fiesta y dejen de insultar.
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