Me
incorporé
a la transmisión de la corrida de la feria del Arte y la Cultura en
varas del segundo toro, (antes
que pagar ...¡rastrear!),
supongo que me perdí
la disertación: “Especulaciones
acerca del origen de los pantanos de
Hampstead, con algunas observaciones sobre la Teoría de los
murciélagos”
de mister Pickwick y la exposición: “Las mejores Playmates de
Play-boy, los últimos 50 años” (cultura y arte) previas a la
salida del primer toro, cuya suculenta ingesta de canapés y
combinados de ginebra, asociados inescusablemente a estos eventos,
espero fuesen
del agrado de los espectadores de sombra o gañotes del callejón.
Los
tendidos, mas despoblados que los alrededores del pueblo de mi mujer
(Antofagasta, desierto de Atacama, Chile), invitaron al optimista
cálculo de los comentaristas, excelente la intervención de El
Fundi, digna de aplauso, media entrada. Admito barco como animal
marino. Lo que no estaba despoblado era el callejón, atestado como
una oficina del INEM, el gañote de entrebarreras demuestra poseer
unas inquietudes artístico-culturales muy superiores al resto de los
mortales.
Entre el
gañote supernumerario figuraba y destacaba con la cabeza asomada por
encima de la barrera un Mouriño del toreo dando órdenes a todo lo
que se movía, tal que un sargento Arencibia pero en pegao.
Yo no
entiendo de toros, bien lo saben ustedes que hace mucho tiempo me
quitaron los entorchados de aficionado, (para recuperarlos hay que
ser un profesional del toreo, la crítica doméstica o haber pasado
un domingo en un taller de tauromaquia a menos de doce metros de un
chotillo), no puedo apreciar, por tanto, si el voceador en bambalinas
estaba ordenando un 4-4-2 presionante o la concesión de una base por
bolas.
Este
suceso solo demuestra que hacen falta dos delegados, uno solo no
puede dar abasto con tanta tarea, propongo a alguien idóneo para el
cargo: mi sobrino. El delegado gubernativo no vio, ni oyó al técnico
taurómaco en cuestión, puede que el callejón esté en obras, como
mañana viene Morante...
En fin, ya
saben que hay colesterol bueno y colesterol malo, igual que hay
pocero bueno y pocero malo, hay gritón bueno, éste y gritón malo ,
el de ¡Se va sin torear!.
En otro
orden de cosas, el notición no debió ser la demostración
estudiantil, en plenas narices del ministro Wert, de la necesidad
urgente de la reforma Wert, ni la de que se ha reducido el paro 320
gramos, no. El notición taurino del día fue que ¡Ferrera puso un
par cuadrando en la cara!, (admito que puedo estar equivocado), hecho
que debiera quedar en los pocos anales que le quedan a la plaza como
un hito histórico, junto a la vuelta de los subalternos, máxima
expresión del éxito de las clases populares (las que no han visto
una carta de ginebras ni en pintura).
A lo
mollar, Adame.
Adame se
puso a torear, faena a su primero muy bien hilada, toreo erguido,
limpio, clásico, hermoso emborronado de muy mala manera con la
espada, falta de habilidad o de oficio o ambas cosas, oreja. Premio
excesivo que refleja la cultura taurina de los tendidos y la
civilización de quién, en otro momento, demostró ser un buen
presidente.
La segunda
faena fue todavía mejor, muleta agarrada por el medio, citando de
largo, tendiendo la suerte, recogiendo la embestida, gobernándola y
despidiendo con sobriedad, firmeza y categoría, recordó a alguno de
mis interlocutores en twitter, les faltará otra virtud, paciencia
no, al primer Cesar Rincón, el de las puertas grandes seguidas.
Adame me arrancó un Olé estruendoso, domiciliario que llegó a
sobresaltar a mi señora; nació de los mas profundo de mi alma de
no-aficionado.
Terminó
Adame tan elegante, tan erguido, tan torero como comenzó, trincheras
de adorno que lo hicieron. No hubo pellizcos, ni almizcles de clase
alguna, gracias a Dios. Hubo toreo de verdad y con ella.
Pero,
¡Ay!, no es torero quien no es matador de toros, Adame falló a
espadas. Todo debió quedar en nada. En una salida al tercio a
recibir el cariño y el calor de la afición. Adame hizo caso a los
profesionales que son los que saben de esto, dio la vuelta al ruedo a
petición de su cuadrilla. Me dejó muy mal sabor de boca, dos
salidas al tercio hubiesen sobrado para iniciar en un próximo futuro
la leyenda de un gran maestro.
Concluyo
ofreciéndoles el discoforum cultural: “Desmadre 75, letras para
una transición; primera parte: La chorba del Jacinto (jeta1) y, como
colofón obligado a una primera corrida del Arte y la Cultura la
exposición: “Vida sexual del rorcual azul, habilidades amatorias
de los cetáceos árticos, cuya presentación estará a cargo del
famoso profesor Cojonciano (de El Jueves) Pueden pasar a la
jaima-grano casi adlátere, digan que van de mi parte, a lo mejor les
hacen descuento. Voy a por una cerveza, ¡Alabada sea Demeter!
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