lunes, 20 de mayo de 2013

Epopeya



Me siento a ver la epopeya, El Mahabarata, subtitulado en inglés, http://www.youtube.com/watch?v=bdVKve8UbDI. No leo en inglés lo fluido que sería de desear, me entero de menos de la mitad pero me gustan las imágenes, los decorados, el vestuario, las escenas de lucha son tremendamente infantiles, ¿recuerdan los Power Rangers? Los efectos especiales no van a la zaga, sabrosamente inocentes. Binha puede con todo y Arjuna hace virguerías con arco y flechas, ingenuidad no exenta de ornamentación recargada y ostentosa, al igual que el vestuario: ¡Hablamos de dioses, de reyes, de héroes!. Lo tengo que dejar, sintiéndolo, va a comenzar una epopeya, una gesta en directo, anunciada a bombo y platillo hasta con repetitivo comercial, mira que repiten y me repiten los dichosos anuncios. De las epopeyas comunes no se conoce la fecha, esta epopeya tiene fecha y hora 18 de mayo a las 7 de la tarde.

Las epopeyas tienen tendencia, querencia natural a comenzar mal, así comenzó. ¡oh Krisna feliz!, con el oficiante vestido de pordiosero, desaliñado y desmonterado sin venir a cuento. Todo parece dispuesto, los trovadores afinan sus laúdes, preparan su inspiración rogando a las musas. Se han venido contando historias terribles sobre los cornúpetas, terminator-persiodáctilos. Hay quién, como yo, han llegado a pensar que son carnívoros como el caballo de Diego Ventura, Atila del rejoneo. Cuentos de muerte, de contar a la sola luz azul de un hogar en invierno, uros mas fieros que aquel Pandereto que mató a dos leones, quimeras con forma de bóvido, temibles como aquellos que guardaba Gerión o como aquellos otros, alados, que compartían cuadra con los reptilianos sirrush en el bien murado palacio de Asurbanipal, aterradores como cuentos de la Santa Compaña, del Kraken abrazador, del Pájaro de Trueno o del voracísimo Piasa de ultramar. Flexípedes ferocísimos botón de muestra del poder de Mordor ¡San Miguel flamígero nos proteja!

Los clarines, atributos de Fama, llaman a despejar la incognita, ¿será la reencarnación de aquel en el que se convirtió Zeus para raptar artero a la divina Europa?.

La verdad: parece un novillejo.

Al desaliñado oficiante el terror de pezuñas partidas se le atravesó y, justa reciprocidad, el sacerdote tauricida le atravesó. (El segundo capítulo solo es una variante litúrgica del primero, en aras a la brevedad me permito su omisión). El enemigo no era tan imponente, las epopeyas son así, las fuerzas del mal no lo son tanto si se las mira con la mente limpia, la mente de Odín, el Padilla del Valhala o la de Shiva regenerador.

¡Felices inmortales, vosotros que residís en aéreos palacios, decidme (dimelo tu Iris, emisaria de Zeus)! ¿Qué enemigo sutil es mas poderoso en esta gesta? El viento, viento de Toledo, viento del linaje de Poseidón, céfiro creciente! ¡Oh olímpicos que sabéis hacer comprender a los hombres sin hablarles, pues les habláis con sueños y con imágenes! ¿Comprenderán la necesidad urgente de tapar con tapa de water la Monumental? ¿O tendrá Molés, cada vez que llueve, cada vez que se mueve un papel, que insinuarlo hasta la saciedad?.

Menor que el viento, subordinado en maldad, el siete de pendiente eliminación, es también oponente tonante, tonante como tú, Zeus Máximo que portas la égida, cuyos truenos no siempre ecuánimes atronan y cohíben el corazón de los débiles y de los no avisados.

A esta trimurte del mal hay que vencer: novillo, siete y viento.

¡Ah del castillo! ¡Oh el tercero! La faena al tercero, salvo un conjunto de medida nula, olía moderno a romero sintético al natural, ¡dioses del pellizco Romero, Paula y Morante, venid y contemplad!. Y con la izquierda se toreaba y, quizá yo viera alguno bueno pero como no soy aficionado veo mal, poco mas. El delirio, el regocijo. ¡Hermanos: la tarde se ha levantado, oremos! Ya los pañuelos dispuestos, enrojecidas las gargantas, como las de los animadores interesados de Mazinger Z, llega la hora, llega el momento, ¡Atended! ¡Mirad! ¡Soñad!...¡Callad!.
¡Entró, entró! (Diría Juan José Castillo) Pero el animalito, muy méxicano en el tipo, no cayó.
Con el descabello mal y mal y mal, como ven y ven y ven, pero en lamentable.
Y este el es final. Se acabó.

-¡A ver si se cree usted que todas las gestas van ser épicas!
-¡Hombre, yoooo...!
-¡Además, faltan tres capítulos!
-Ya, pero son repeticiones litúrgicas, ya sabe, los omito por brevedad.
-¡Alabada sea Demeter!
-¡Alabada sea!


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